La tecnología de reconocimiento facial está cada vez más presente en nuestras vidas, desde permitirnos desbloquear nuestro smartphone, hasta plataformas de pago que con tan solo una sonrisa paga tu factura o etiquetado de fotos en redes sociales que cuando subir una fotografía ya reconoce las caras de tus familiares o amigos permitiendo etiquetarlos con un solo click. Ahora son los aeropuertos quienes se suman a esta iniciativa para ofrecer servicios más rápidos, sin contacto y sobre todo más seguros.
El servicio biométrico en los aeropuertos ya ha tenido algunas pruebas exitosas, pero el Aeropuerto de Barcelona es el primero en realizar una simulación completa que permite a los pasajeros pasar desde el control de seguridad hasta el interior del avión sin presentar ninguna documentación, lo que ha abierto la puerta de un futuro muy prometedor para la industria.
La implementación de reconocimiento facial en las instalaciones aeroportuarias trae consigo muchos beneficios entre los que se encuentran la rapidez, ya que se estima que se pueden embarcar al doble de viajeros en la misma cantidad de tiempo que se emplea en la actualidad con la comprobación de documentos. Por otra parte es una tecnología sencilla de aplicar ya que solo requiere de lectores en cada punto de control y la adquisición de los softwares necesarios para tal fin y por último, pero no menos importante la seguridad que se vería reforzada tanto para los pasajeros como para los trabajadores aeroportuarios y concesionarios, todos los entes involucrados podrían verse beneficiados de esta tecnología.
Ahora bien, el debate ético no se encuentra en las funcionalidades de esta tecnología porque sin duda alguna sería un gran paso para el desarrollo de la industria aeronáutica, sino más bien en el manejo de los datos de cada pasajero y las posibles vulnerabilidades que representa a la hora de un ciberataque, todos nos preguntamos ¿dónde se almacenarán estos datos? ¿Quienes tendrán acceso a esa información? ¿Y si el sistema falla quién será el responsable de esto?
Es cierto que aún faltan muchos detalles que afinar, pero tiene un futuro prometedor tomando en cuenta que el tráfico de viajeros va en aumento cada día, lo que claramente afectará el tiempo invertido por usuarios y trabajadores, largas colas de verificación y mucho tiempo de espera en los aeropuertos. Por lo que algunas encuestas han demostrado que en términos generales los viajeros están dispuestos a compartir sus datos biométricos si esto realmente les garantiza una experiencia de viaje más cómoda y rápida.
Todo apunta que esta tecnología se implementará masivamente muy pronto y en cuanto se termine de perfeccionar algunos detalles así que quizás para tu próxima temporada vacacional ya puedas disfrutar de esto.
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