“Buenas tardes, les habla el capitán”. Estamos acostumbrados a que en un vuelo el responsable a bordo se dirija a nosotros con esta frase, nos diga a qué altitud volamos, hora estimada de llegada a nuestro destino y condiciones atmosféricas que nos acompañarán en el vuelo.
Pocos logramos verlos, ya que no se dejan ver demasiado en los aviones, pero hay una serie de cosas que los pilotos quieren compartir con los pasajeros. En estas líneas te desvelamos los secretos que tienen y que están dispuestos a decirnos:
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Las turbulencias les parecen relativas: Los pilotos pueden evitar las turbulencias de las que se les haya informado, pero, aun así, no se puede garantizar que el vuelo vaya a ser tranquilo. La atmósfera es un fluido que cambia constantemente en el que se pueden producir turbulencias de manera casi instantánea. Así que siempre hay que llevar el cinturón puesto mientras se esté sentado».
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Chris Manno, autor del blog JetHead y piloto de American Airlines.
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Patrick Smith afirma en Ask the pilot “El avión no se va a caer cuando atraviesa cielos agitados”
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- Los aviones suelen recibir rayos: «Uno de los efectos en el avión es que se derrita un poco la superficie tocada directamente por el rayo, pero la industria aeroespacial es altamente conservadora y hace pruebas tan rigurosas que los pasajeros no corren peligro» Mamu Haddad, profesor universitario y director del Laboratorio de Rayos de la Universidad de Cardiff.
- Se toman muy en serio el menú a bordo: A la hora de la comida, el piloto y el copiloto tienen distintos menús y está prohibido compartir platos. Esta norma ha de cumplirse a cabalidad y por el bien de todos. En el caso de que a uno de ellos le caiga mal la comida, el otro estaría en condiciones de continuar el vuelo.
- La verdad sobre las máscaras de oxígeno: La máscara de oxígeno con la que cuenta cada pasajero en el caso de una despresurización de la cabina sólo tiene capacidad para ofrecer 15 minutos de oxígeno (cualquier documentación que explique el funcionamiento de un generador de oxígeno químico lo confirma). Tiempo suficiente que tiene un piloto para descender hacia una altitud en la que los pasajeros puedan respirar sin complicaciones. Aunque no lo creas, es tiempo que el piloto consigue que el avión planee a una altitud más baja.
- Las luces se apagan a propósito: La razón por la que las luces se apagan o se atenúan antes de aterrizar un vuelo nocturno es porque, en caso de que se necesite evacuar rápido el avión, las luces tenues ayudarán a que tus ojos se acostumbren a la oscuridad para que puedas moverte con rapidez.
- La expresión «a tiempo» tiene una definición oficial, y no es la que piensas: «Para las salidas, se considera que todo va según el horario previsto cuando el avión sale de la puerta de embarque a la hora oficial de salida (y hasta 14 minutos después). Para las llegadas, se considera que llegan ‘a tiempo’ si el avión llega a la hora o hasta 14 minutos más tarde». Piloto que desea permanecer en el anonimato.
- A los pilotos tampoco les gusta que se cancelen los vuelos. «Como pasajero, una de las peores cosas que pueden pasar es que un vuelo con retraso termine cancelado después de una larga espera. Es una faena perderse una boda, un crucero o el partido de béisbol del niño, pero me gustaría que los pasajeros supieran que cuando cancelamos un vuelo, el personal también tiene que cancelar sus planes». — Karlene Petitt, autora del blog Flight to Success.
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